sábado, 21 de julio de 2012

Amodio

Poseo la capacidad de mirarme desde afuera. Es lo mejor y lo peor al mismo tiempo.
Me despego de mi cuerpo y me observo, mientras tanto continuo con lo que hago sin que nadie se de cuenta. Esa que flota y la que esta en el piso son iguales pero muy distintas. La que flota critica, la del piso acciona.
Mientras tanto vos me miras y me criticas, me marcas los errores sin saber que poseo mi propio juez, dentro y fuera de mi que se encarga de eso.
Me causa gracia tu altanería, tu manera de sentir que sos mi salvador. Yo colaboré con eso y estoy consciente, te convencí poco a poco de que si no fuera por vos no estaría acá. Mentira. No me creas todo lo que digo, soy una gran mentirosa. A veces logro engañarme a mi misma.
Pero esto no es fantasía. Provocas en mi un odio tan inmenso, tan profundo. Empieza como un calor leve pero crece, crece, se transforma en lava y me inunda y te odio. Tanto te odio. Porque crees que podes controlarme y yo también lo creo. Porque pensas que yo dependo de vos y yo a veces lo siento. Porque logras ignorarme con esa frialdad que no consigo encontrar cuando se trata de vos. Me ignoras y yo exploto. No es justo. Y juro que no controlo mi fuerza, y me asusto de mi misma, porque en ese momento te odio tanto como te amo.
Quiero que desaparezcas, que corras y no vuelvas más. que se divida el mundo y quedemos en partes separadas sin manera de encontrarnos, que te vuelvas la cosa mas miserable, que me extrañes, que te duela no verme, que prefieras la muerte a no tenerme.
Yo estaría igual, pero vos no te enterarías.



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